La importancia de las horas de frío en árboles frutales

Numerosas plantas presentan una fase de reposo de sus gemas durante su vida. En la mayoría de especies de árboles y arbustos de las regiones templadas, las gemas entran en un periodo de dormición a finales de verano y salen de este estado en la primavera siguiente.

El reposo, o parada invernal, forma parte del ciclo anual de los frutales de hoja caduca. Hay dos factores principales que intervienen en esta parada: las bajas temperaturas de otoño y el acortamiento de las horas de sol. Durante esta parada vegetativa, es necesario que los frutales acumulen unas horas de frío que, más adelante, permitirán que el árbol brote correctamente. Así pues, podemos definir el concepto de horas frío como la acumulación de horas con temperaturas por debajo de 7,2ºC.

Registro de temperaturas y humedad de la estación meteorológica de Trecoop Fruites en Sudanell. 2019.

 

A modo de orientación, las especies que cultivan el productores de Trecoop Fruites tienen las siguientes necesidades de horas de frío:

  • Melocotonero: Entre 100-1.100 horas de frío.
  • Peral: Entre 500-1500 horas frío.
  • Almendro: Entre 100-500 horas frío.
  • Albaricoquero: Entre 200-900 horas frío.
  • Manzano: Entre 500-1.500 horas frío

 

Los meses de mayor logro de horas de frío suelen ser diciembre y enero en nuestra zona, donde abundan días con temperaturas máximas inferiores a 7ºC. Es importante destacar que en una misma finca, los árboles más vigorosos tienen una mayor necesidad de horas frío que los que no lo son tanto.

¿Qué pasa si no se alcanzan las horas frío necesarias para el cultivo?

El principal síntoma en estos casos es el retraso en la brotación de los árboles; más avanzado el ciclo del cultivo, puede derivar en caída de frutos al no disponer la planta de nutrientes suficientes por falta de superficie foliar. Afortunadamente, son situaciones que no suelen suceder en nuestra zona, pero en otros lugares, las horas de frío son determinantes para decidir qué tipo de árbol cultivar. Incluso existen algunos productos químicos para interrumpir la dormición de las gemas, así como tratamientos físicos con agua caliente en otros cultivos.

 

 

 

Bibliografía:

http://bibliotecavirtual.aragon.es/bva/i18n/catalogo_imagenes/grupo.cmd?path=3705385

Pérez, F. y Martínez-Laborde, J.B, 1994. Introducción a la fisiología vegetal. Ediciones Mundi-Prensa. Madrid. pp. 2018.